miércoles, 31 de julio de 2013

Entrevista* a Monseñor Eduardo García, Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Miembro de las Comisiones de Comunicación de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)


Acaba de terminar la JMJ Río 2013 han recibido de parte del Papa Francisco un baño de gestos, palabras, acciones, de cariño. ¿Cómo evaluás la JMJ?

Mons. Eduardo García. Foto: EcosCEA
Un paso de Dios. Ha sido maravilloso. Y es Dios el que pasa porque solamente así se puede entender que 3 millones de jóvenes hayan estado en la playa para no ver al Papa sino saber que estaba, porque lo veían por pantalla y era un puntito blanco, pero sin embargo vivir esta experiencia fuerte de Iglesia de saber que donde dos o más están reunidos Él está en medio, el Señor Jesús. Creo que solamente eso da sentido a este absurdo, un hermoso absurdo. Pero ver la multitud sintiendo al Papa, no viéndolo. Sintiendo su presencia y esperando su voz. Aguardando, como me dijo una chica venezolana, 11 horas para poder entrar el día que se encontraba con los argentinos y se quería "colar". ¡11 horas! Solamente la fe, solamente la locura de la fe de los jóvenes le da sentido. Ese es el paso de Dios y creo que a nosotros nos enseña —a los que dejamos de ser jóvenes hace rato— a tratar de vivir y buscar esa simple heroicidad cotidiana.
El domingo 28 por la tarde, el Papa Francisco mantuvo un encuentro fundamental para su pontificado con el equipo coordinador del CELAM a quien le dirige ese discurso que —en la opinión del padre Lombardi— junto con el discurso que brindó a los obispos de Brasil, son de los medulares marcando el rumbo del pontificado de Francisco. ¿Cómo recibiste esas palabras del Papa?

Como argentino y como obispo auxiliar de Bergoglio diventato Papa, los argentinos corremos con ventaja porque venimos escuchando estas palabras hace más de 15 años. En un novelista uno puede decir "se repite". Pero en un pastor uno tiene que decir "es coherente". Tiene una mirada sobre la Iglesia, un querer sobre la Iglesia, tiene una mirada y un sentido de lo que tiene que ser un pastor que fue lo que puso de manifiesto simplemente en su discurso medular. Y no es soberbia: para nosotros no hay cosas demasiado nuevas. Pero qué hermoso que lo que ella ha ensayado con nosotros ahora se lo diga a la Iglesia toda.

De todos los gestos del Papa Francisco que se vieron en las pantallas del mundo durante la JMJ Río 2013, ¿hubo alguno que te haya impactado más que otro?

(se ríe) Sin duda, dos. Primero cuando le pusieron el collar de flores en la favela… Es que era impensable. Yo pensaba en el Bergoglio de cada día de estos diez años, y que le pongan un collar de flores y se lo deje puesto me resulta impensable y solamente la gracia de estado lo ha hecho posible. El otro hecho fue cuando se puso el gorro de los indios, también, que era como un plato en la cabeza, pensé: es otro Bergoglio. ¿Lo han cambiado? No. Ahora tiene esta responsabilidad que es la de Pablo: hacerse todo a todos. 


¿Y el niñito que se le abrazó y le dijo "yo quiero ser padre"? ¿Pudiste verlo?

Sí, creo que despierta esas cosas. Qué raro que es esto, ¿no? Que la normalidad despierte esta ebullición dentro de la vida del mundo. Qué mal que estamos para que conmocione un gesto de ternura. Qué mal que estamos para que el hablar sencillamente y decir las cosas "al pan, pan y al vino, vino" sean discursos medulares. Cómo nos hemos ido deformando para que una palabra, que es simplemente la palabra del Evangelio traducido al hoy, sea la gran palabra que puede dar vuelta la historia. Qué mal que estamos pero qué suerte que alguien se anima a decírnosla, alguien se anima a hacerlo, alguien se anima a compartir de esa manera el Evangelio con nosotros. 

Si nos centramos en el mensaje del Papa Francisco visto desde la comunicación, ¿cómo analizás su modo de comunicarse, es distinto a como era en Buenos Aires, ahora tiene más posibilidades técnicas?
¿Por qué llega ahora con esta potencia a través de los medios?

Hay muchas interpretaciones. Él es un comunicador. Siendo Bergoglio hasta se comunicaba con sus silencios. Él comunica y sabe, y como dijo hoy un obispo que no es argentino: "tiene calle". La calle a veces deforma y a veces da la sabiduría de saber llegar a la vida del otro porque uno sabe lo que el otro está viviendo. Creo que ha cambiado el estilo de comunicación desde aquel "buenas tardes" que dijo en la ventana. Es un Papa que habla sencillamente, sin artilugios demasiado complicados, cuando tiene que decir un discurso al pueblo de Dios no lo hace con lenguaje de documento sino que lo hace como el hombre que comparte lo que tiene a aquellos que lo necesitan. Creo que esto hace que la gente lo entienda. Y esto es muy valorado.


*Esta entrevista se llevó a cabo en la Casa de la comunidad de las hermanas de Madre Cabrini, Tijuca, Río de Janeiro, el martes 30 de julio de 2013, y ha sido editada para una mejor comprensión de su contenido.

Conferencia de Prensa de Dom Orani Tempesta, Arzobispo de Río De Janeiro, en el Palacio San Joaquín, Sede del Arzobispado Carioca. Martes 30 de julio

Dom Orani Tempesta. Foto: EcosCEA
Éstos fueron algunos de los conceptos [traducidos y editados] vertidos por Dom Orani:



  • Muchas personas y empresas muy importantes se involucraron desde su función para hacer posible la JMJ. La Iglesia tiene capacidad para producir eventos pero los asesoramientos externos fueron enriquecedores.
  • Esta Jornada es producto de la puesta en común de nuestras capacidades.
  • Soñamos, trabajamos y todo esto va a crecer, va a brotar, dará frutos.
  • Tenemos que agradecer a Dios. Hemos percibido la belleza de la juventud, tan contagiosa y alegre en clave de valores positivos, gente que quiere construir el futuro y con confianza en él.
  • Hubo convivencia en fraternidad en los lugares donde se hospedaron los jóvenes y el pueblo carioca recibió con calidez a los peregrinos.
  • Se vivió una revolución en el comportamiento de las personas, en las playas de Copacabana. Fuimos testigos de muchas revoluciones. Estos escenarios tienen que perdurar: sin violencia, con capacidad de respeto y convivencia en fraternidad. Esto nos marca como ciudad y como nación. Hemos visto a la Providencia conduciendo todo: personas, organización, eventos.
  • Hemos visto al primer Papa latinoamericano pisando América Latina. Él nos encantó a todos. Con su "papamóvil abierto" fue muy cercano a nosotros.
  • Cuando íbamos en el helicóptero y veíamos el Cristo Redentor el Papa rezaba.
  • ¡Cuántos niños fueron presentados al Papa! Hemos visto con especial atención a aquel que se abrazó fuertemente al Papa y estaba tan emocionado. Yo estaba ahí. El niño le dijo: "¡Cómo te quiero!". Y el Papa Francisco le contestó: "Yo también te quiero".
  • Tenemos imágenes del paraíso durante estas jornadas en Río de Janeiro. Dios obró en medio nuestro mientras soñábamos y trabajábamos. Dos actuó con creatividad aunque igualmente somos "muy brasileros" para organizar. Pero para explicar la concreción del tamaño de este encuentro, sólo puedo decir que Dios estuvo entre nosotros. Los cambios de último momento los condujo Dios.
  • Se va a crear un instituto que recopilará —más allá de textos, videos— las vivencias experimentadas durante la JMJ Río 2013.
  • Al finalizar, Dom Orani se dirigió específicamente a los medios de comunicación: "Su trabajo en el Media Center fue muy importante. Ustedes son los ojos y oídos para el mundo todo. De su trabajo depende que el mundo conozca al Papa. El de ustedes es un gran papel".
  • Entrevista* a Monseñor Adalberto Martínez Flores

    Mons. Martínez Flores forma parte del Ordinariato Castrense Paraguayo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Paraguaya y Presidente del Departamento de Comunicación y Prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)

    Mons. Adalberto Martínez Flores. Foto: EcosCEA
    Después de haber pasado la JMJ Río 2013 y habiendo escuchado el discurso que brindó al CELAM en ese marco, ¿cuál es su impresión?
    El Papa se dirigió a los obispos de la coordinación del CELAM que estamos reunidos esta semana y fue una cita importantísima para nosotros obispos y para la región en relación a las propuestas de Aparecida, de la necesidad de que Aparecida pueda tomar la fuerza y el rumbo que se ha propuesto en el año 2007 cuando nació ese documento en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano. Lo hemos tomado como un desafío importante que ahora mismo lo estamos estudiando. Cuando escuchamos el discurso quedamos admirados ante su profundidad y belleza, pero después, poco a poco, se necesita tiempo y reflexión para el intercambio que provoca el análisis. Fue un discurso que nos ha interpelado profundamente a todos los obispos, especialmente al episcopado latinoamericano y caribeño.

    ¿En qué puntualmente se sintieron interpelados?
    En todo lo que se refiere, por ejemplo, a la necesidad de comenzar la revolución de la ternura. Como el Papa nos ha dicho, tiene que ver con la encarnación del Verbo: Jesús que ha venido a habitar entre nosotros, la misericordia que habita en medio de nosotros. El mundo necesita de una Iglesia cercana, de una Iglesia más encarnada en la realidad de la gente, y por supuesto, también los pastores —más específicamente los obispos— que deben ponerse en el papel de ir conduciendo el rebaño y ponerse en primera línea porque el pastoreo no puede delegarse. En ese sentido, los obispos estamos siendo interpelados para ponernos en primera línea y, con ayuda del Espíritu Santo y el ministerio que el Señor nos regala, ponernos a retomar el discurso —como lo estamos haciendo ahora en un intercambio muy valioso— como pastores en la situación en la que estamos reconocer las periferias hacia la que estamos llamados y dejar una "Iglesia centro-autorreferencial" para ir hacia las necesidades de la gente. Abrir las puertas de la Iglesia, no para que esperar que la gente entre, como decía el Papa, sino para salir al encuentro de las personas y buscar a aquellas más necesitadas del mensaje evangélico y dejar la autorreferencialidad.

    ¿Considera usted que el CELAM va a tener un papel decisivo en la interpretación de Aparecida como una nueva vertiente-nutriente para la Iglesia global?

    Creo que el Papa nos está, en cierto modo, desafiando para que Aparecida siga vigente con esas propuestas, sobre todo de discipulado y misión continental. Las conferencias episcopales se han adherido a la propuesta de "misionariedad" de la Iglesia y la misión continental fue posiblemente debilitándose en algunos lugares. Es cierto que existe una gran necesidad de retomar todo el significado de lo que es la misión —que debe ser transversal a todas las secciones de la Iglesia— y no como un acto en sí mismo que puede pasar sino que sea permanente. Eso es lo que quisiéramos en el CELAM y todos los departamentos: hacer una sincera evaluación para saber dónde estamos en relación a Aparecida y retomar su rumbo.


    *Esta entrevista se llevó a cabo en la Casa de la comunidad de las hermanas de Madre Cabrini, Tijuca, Río de Janeiro, el martes 30 de julio de 2013, y ha sido editada para una mejor comprensión de su contenido.

    Entrevista* a Monseñor Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla (México) y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam)


    Veníamos conversando sobre que el discurso del Papa al CELAM, la presencia del Papa en la JMJ Río 2013 ha dejado sorprendidos a quienes lo conocíamos en Buenos Aires. ¿Qué desafíos se plantean a partir de este discurso, en qué aspecto el CELAM tiene que poner manos a la obra ya!

    Mons. Aguiar Retes. Foto: EcosCEA
    En primer lugar fue una confirmación pero ilustrada con ejemplos, con una claridad que nos dejó muy consolados y contentos de escuchar de esa manera lo que el Papa entiende por la misión continental. En dos dimensiones: la programática y la paradigmática que están allí presentes y hacen de la misión una acción integral, una pastoral organizativa. En ese punto la clave que nos dio es que de esa misma "misionariedad" va a venir la renovación pastoral. No hay una receta hecha. Es precisamente un camino por hacer y desde ahí, con un discernimiento pastoral, podremos ir descubriendo qué cosas han quedado obsoletas que se refieran a actitudes, estructuras o actividades. Y qué cosas son necesarias de implementar para poder hacer que Cristo sea conocido hoy en este mundo.

    ¿Cuáles son los rasgos de Francisco que los episcopados del mundo sería bueno que comenzaran a mostrar?

    Los gestos que él ha ido manifestando a lo largo de estos primeros meses de pontificado nos van hablando: la austeridad, la sencillez, la claridad de hablar brevemente pero muy al punto, la consistencia en sus afirmaciones, las expresiones coloquiales que en un pontífice eran muy raras y las estamos encontrando en casi todos sus discursos. Estos rasgos nos permiten a abrir también nosotros nuestro abanico, nuestra manera de transmitir la buena nueva. Creo que son estos gestos que vamos recogiendo, que la prensa nos los recuerda, los que nos van a ir ayudando a que el Papa Francisco vaya teniendo estas réplicas de lo que él hace, todos los obispos vayamos colegialmente también en esa misma línea.

    Números de la JMJ RÍO 2013

    Más de 3.5 millones de personas participaron de la JMJ Río2013, que contó con eventos en Copacabana, la Quinta da Boa Vista, Río Centro y en diversas parroquias de la ciudad.
    Público:
    23 de julio: 600.000 personas
    25 de julio: 1.2 millones de personas
    26 de julio: 2 millones de personas
    27 de julio: 3.5 millones de personas
    28 de julio: 3.7 millones de personas
    427.000 inscripciones de 175 países
    Países con mayor número de inscriptos: Brasil, Argentina, Estados Unidos, Chile, Italia, Venezuela, Francia, Paraguay, Perú y México.
    55% de los inscriptos fueron mujeres, 45% hombres.
    60% del público inscripto tiene entre 19 y 34 años.
    Inscriptos con pedido de hospedaje: 180.000 aprox.
    Capacidad de hospedaje: 356,400.
    Aproximadamente 800 artistas intervinieron en los Actos Centrales.
    60.000 voluntarios.
    6.500 periodistas acreditados de 57 países.
    264 locales de catequesis, en 25 idiomas.
    100 confesionarios colocados en la Feria Vocacional y en Largo da Carioca.
    4 millones de hostias producidas, 800.000 para la Misa de Envío.
    644 Obispos inscriptos, de los cuales 28 fueron cardenales.
    7.814 sacerdotes registrados.
    632 diáconos.


    Impacto económico: los visitantes gastaron 1.8 billones de Reales (Fuente: Ministerio de Turismo)

    Limpieza Urbana: la Comlurb recolectó 345 toneladas de residuos orgánicos y 45 toneladas de materias reciclables durante toda la semana de la JMJ. Este número representa un 10% menos que lo recolectado en la noche de Año Nuevo en 2012/2013.

    FUENTE: Prensa JMJ Río 2013

    Participaron de la conferencia de prensa, además de Dom Orani, D. Antonio Augusto, Dom Paulo César y Mons. Joel Portella.

    lunes, 29 de julio de 2013

    Discurso del Papa Francisco en la Ceremonia de Despedida en el Aeropuerto Internacional Galeao/Antonio Carlos Jobim de Río de Janeiro

    Señora Presidenta de la República,
    Distinguidas Autoridades nacionales, estatales y locales,
    Querido Arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro,
    Venerados Cardenales y Hermanos en el Episcopado,
    Queridos amigos

    En breves instantes dejaré su Patria para regresar a Roma. Marcho con el alma llena de recuerdos felices; y éstos —estoy seguro— se convertirán en oración. En este momento comienzo a sentir un inicio de saudade.
     
    Saudade de Brasil, este pueblo tan grande y de gran corazón; este pueblo tan amigable. Saudade de la sonrisa abierta y sincera que he visto en tantas personas, saudade del entusiasmo de los voluntarios. Saudade de la esperanza en los ojos de los jóvenes del Hospital San Francisco. Saudade de la fe y de la alegría en medio a la adversidad de los residentes en Varghina. Tengo la certeza de que Cristo vive y está realmente presente en el quehacer de innumerables jóvenes y de tantas personas con las que me he encontrado en esta semana inolvidable. Gracias por la acogida y la calidez de la amistad que me han demostrado. También de esto comienzo a sentir saudade.

    Doy las gracias a la Señora Presidenta por haberse hecho intérprete de los sentimientos de todo el pueblo de Brasil hacia el Sucesor de Pedro. Agradezco cordialmente a mis hermanos Obispos y a sus numerosos colaboradores que hayan hecho de estos días una estupenda celebración de nuestra fecunda y gozosa fe en Jesucristo. Doy las gracias a todos los que han participado en las celebraciones de la eucaristía y en los demás actos, a quienes los han organizado, a cuantos han trabajo para difundirlos a través de los medios de comunicación. Doy gracias, en fin, a todas las personas que de un modo u otro han sabido responder a las exigencias de la acogida y organización de una inmensa multitud de jóvenes, y por último, pero no menos importante, a tantos que, muchas veces en silencio y con sencillez, han rezado para que esta Jornada Mundial de la Juventud fuese una verdadera experiencia de crecimiento en la fe. Que Dios recompense a todos, como sólo Él sabe hacer.

    En este clima de agradecimiento y de saudade, pienso en los jóvenes, protagonistas de este gran encuentro: Dios los bendiga por este testimonio tan bello de participación viva, profunda y festiva en estos días. Muchos de ustedes han venido a esta peregrinación como discípulos; no tengo ninguna duda de que todos marchan como misioneros. Con su
    testimonio de alegría y de servicio, ustedes hacen florecer la civilización del amor. Demuestran con la vida que vale la pena gastarse por grandes ideales, valorar la dignidad de cada ser humano, y apostar por Cristo y su Evangelio. A Él es a quien hemos venido a buscar en estos días, porque Él nos ha buscado antes, nos ha enardecido el corazón para proclamar la Buena Noticia, en las grandes ciudades y en las pequeños poblaciones, en el campo y en todos los lugares de este vasto mundo nuestro. Yo seguiré alimentando una esperanza inmensa en los jóvenes de Brasil y del mundo entero: por medio de ellos, Cristo está preparando una nueva primavera en todo el mundo. Yo he visto los primeros resultados de esta siembra, otros gozarán con la abundante cosecha.

    Úlitmo saludo del Papa desde la escalinata del avión. Foto EcosCEA
    Mi último pensamiento, mi última expresión de saudade, se dirige a Nuestra Señora de Aparecida. En aquel amado Santuario me he arrodillado para pedir por la humanidad entera y en particular por todos los brasileños. He pedido a María que refuerce en ustedes la fe cristiana, que forma parte del alma noble de Brasil, como de tantos otros países, tesoro de su cultura, voluntad y fuerza para construir una nueva humanidad en la concordia y en la solidaridad.

    El Papa se va, les dice “hasta pronto”, un “pronto” ya muy nostálgico (saudadoso) y les pide, por favor, que no se olviden de rezar por él. El Papa necesita la oración de todos ustedes. Un abrazo a todos. Que Dios les bendiga.
     

    Encuentro con los Voluntarios de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud en el Pabellón 5 de Río Centro

    Discurso del Papa Francisco

    Queridos voluntarios
    Buenas tardes.
    No podía regresar a Roma sin haberles dado las gracias personal y afectuosamente a cada uno de ustedes por el trabajo y la dedicación con que han acompañado, ayudado, servido a los miles de jóvenes peregrinos; por tantos pequeños gestos que han hecho de esta Jornada Mundial de la Juventud una experiencia inolvidable de fe. Con la sonrisa de cada uno de ustedes, con su amabilidad, con su disponibilidad para el servicio, han demostrado que “hay más dicha en dar que en recibir” (Hch 20,35).

    El servicio que han prestado en estos días me ha recordado la misión de san Juan Bautista, que preparó el camino a Jesús. Cada uno de ustedes, a su manera, ha sido un medio que ha facilitado a miles jóvenes tener “preparado el camino” para encontrar a Jesús. Y éste es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor. A ustedes, que en este período han respondido con tanta diligencia y solicitud a la llamada para ser voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, les quisiera decir: Sean siempre generosos con Dios y con los otros. No se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe.
    Dios llama a opciones definitivas, tiene un proyecto para cada uno: descubrirlo, responder a la propia vocación, es caminar hacia la realización feliz de uno mismo. Dios nos llama a todos a la santidad, a vivir su vida, pero tiene un camino para cada uno. Algunos son llamados a santificarse construyendo una familia mediante el sacramento del matrimonio. Hay quien dice que hoy el matrimonio está “pasado de moda”; en la cultura de lo provisional, de lo relativo, muchos predican que lo importante es “disfrutar” el momento, que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, “para siempre”, porque no se sabe lo que pasará mañana. Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente. Yo tengo confianza en ustedes, jóvenes, y pido por ustedes. Atrévanse a “ir contracorriente”. Atrévanse a ser felices.

    El Señor llama a algunos al sacerdocio, a entregarse totalmente a Él, para amar a todos con el corazón del Buen Pastor. A otros los llama a servir a los demás en la vida religiosa: en los monasterios, dedicándose a la oración por el bien del mundo, en los diversos sectores del apostolado, gastándose por todos, especialmente por los más necesitados. Nunca olvidaré aquel 21 de septiembre –tenía 17 años- cuando, después de haber entrado en la iglesia de San José de Flores para confesarme, sentí por primera vez que Dios me llamaba. ¡No tengan miedo a lo que Dios pide! Vale la pena decir “sí” a Dios. ¡En Él está la alegría!

    Queridos jóvenes, quizá alguno no tiene todavía claro qué hará con su vida. Pídanselo al Señor; Él les hará ver el camino. Como hizo el joven Samuel, que escuchó dentro de sí la voz insistente del Señor que lo llamaba pero no entendía, no sabía qué decir y, con la ayuda del sacerdote Elí, al final respondió a aquella voz: Habla, Señor, que yo te escucho (cf. 1 S 3,1-10). Pidan también al Señor: ¿Qué quieres que haga? ¿Qué camino he de seguir?

    Queridos amigos, de nuevo les doy las gracias por lo que han hecho en estos días. No olviden lo que han vivido aquí.
    Cuenten siempre con mis oraciones y estoy seguro de que yo puedo contar con las de ustedes.