Veníamos conversando
sobre que el discurso del Papa al CELAM, la presencia del Papa en la JMJ Río
2013 ha dejado sorprendidos a quienes lo conocíamos en Buenos Aires. ¿Qué
desafíos se plantean a partir de este discurso, en qué aspecto el CELAM tiene
que poner manos a la obra ya!
Mons. Aguiar Retes. Foto: EcosCEA |
¿Cuáles son los rasgos de Francisco que los episcopados del mundo sería bueno
que comenzaran a mostrar?
Los gestos que él ha ido manifestando a lo largo de estos primeros meses de
pontificado nos van hablando: la austeridad, la sencillez, la claridad de hablar
brevemente pero muy al punto, la consistencia en sus afirmaciones, las
expresiones coloquiales que en un pontífice eran muy raras y las estamos
encontrando en casi todos sus discursos. Estos rasgos nos permiten a abrir
también nosotros nuestro abanico, nuestra manera de transmitir la buena nueva.
Creo que son estos gestos que vamos recogiendo, que la prensa nos los recuerda,
los que nos van a ir ayudando a que el Papa Francisco vaya teniendo estas
réplicas de lo que él hace, todos los obispos vayamos colegialmente también en
esa misma línea.
Vayamos a Aparecida. ¿Considera que es el nuevo nutriente-donación de la
Iglesia latinoamericana para la Iglesia global?
Yo
lo considero pero nos acaba de decir el Papa que él también lo considera. Es
necesariamente esta convergencia de quienes estuvimos en Aparecida y de quienes
aun no estando: estamos haciendo de Aparecida la brújula pastoral del camino
pastoral de la Iglesia, pues estamos convencidos, como dijo el Papa, en el hoy,
es la actualización de la palabra de Dios para el quehacer de la Iglesia.
¿Cuál es su opinión en relación a la colegialidad-sinodalidad que está
plateando el Papa Francisco para su pontificado?
El Papa está
queriendo hacer una curia servidora, una curia que sirva a la realización de su
propio ministerio petrino y que sirva a las Iglesias particulares. Como que aquí
está el punto: más que vigilante y controladora, que tengamos una amplitud en la
línea de una libertad bien entendida, la libertad de buscar el bien de la
Iglesia. Ya lo vimos en el Papa Benedicto quien, con una gran libertad, tomó la
primera vez la renuncia al papado, sin ninguna presión política. Es el primero
que dice: por el bien de la Iglesia y ante Dios y mi conciencia, renuncio. Esa
libertad la tenemos que hacer nuestra pero siempre en sintonía, en concordia,
preocupados de no perder la comunión.
¿Cómo se imagina
una bajada pastoral del concepto "cultura del encuentro" en la Iglesia
latinoamericana?
El espíritu, la
idiosincrasia y la fe que tiene el pueblo latinoamericano facilita las cosas. La
gente siempre ha buscado el encuentro: nos busca a los sacerdotes, nos busca a
los obispos, los agentes de pastoral a otras personas a quienes servir, en los
movimientos. En todas partes hay expresión de que lo que busca la gente no es
simplemente un quehacer o un responder actividades, sino sentir la expresión
fraterna el otro creyente, del otro discípulo de Cristo para abrirse a la
posibilidad de integrar una comunidad. Estamos con las condiciones favorables
para que esa categoría se universalice.
Pensando en los
gestos que el Papa Francisco tuvo con el pueblo brasileño y los jóvenes del
mundo que participaron en la JMJ Río 2013, muchos de esos gestos quedaron
grabados en las retinas de millones y millones de personas que habitamos este
planeta. A usted, personalmente, ¿cuál de esas imágenes le impactó más en su
corazón?
La que más me llamó
la atención fue cuando supe del niño que no tenía cerebro que llevaron en el
ofertorio el domingo 28. Había sido presentado el día anterior y el Papa les
pidió a los padres que lo llevaran de nuevo para darlo en ofrenda a Dios por la
vida. Normalmente estos niños mueren con una gran rapidez y él se ha resistido a
vivir. Esto impacta necesariamente porque implica acoger a unos padres que sin
duda, con toda la esperanza de haber tenido un hijo normal, han recibido este
hijo y el Papa les ha dado la fortaleza para llevar adelante esta vida que han
generado.
Usted había
experimentado al cardenal Bergoglio. Ahora ha experimentado al Papa Francisco.
¿Qué similitudes y diferencias encuentra en este nuevo rol que está transitando
Jorge Mario Bergoglio?
Por una parte él no
ha perdido todo lo que lo caracterizaba como cardenal, como obispo: su
sencillez, su transparencia, su afabilidad, su capacidad de gobierno, sus
decisiones firmes, su visión, su claridad de hacer síntesis. Todo eso ya se lo
conocía. Pero además de eso que no ha perdido, mucho menos ha perdido ese gusto
por los amigos. El reconocernos como si nada hubiera pasado y el estar con
nosotros como si todo siguiera como antes sin ser el Papa. Como si se olvidara
de ser el Papa y sigue siendo el amigo de siempre. También me impresionaron
cosas que no le conocía: esta capacidad de tocar el corazón de las multitudes.
excelente la entrevista!!! Me sirve para orientar pastoralmente a los laicos a quienes asesoro. Una visión clara, certera, de primera mano sobre Francisco y sus orientaciones. Mil gracias! H. M. Alejandra Aguilar. . Schoenstatt.
ResponderEliminarQué interesante lo que plantea el arzobispo. Es mi deseo que las líneas pastorales que el Espíritu Santo está indicando a la Iglesia sean tomadas por las diócesis y las parroquias y lllevadas al plano concreto. ¡Es el tiempo de la Misericordia de Dios y de que la Iglesia sea Madre que cura!, dijo Francisco. Que así lo hagamos
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